Viajando de San Luis a Rosario
El 25 de agosto de 1594, Luis Jofré fundó la ciudad
de San Luis en un paraje conocido como Punta de los venados. Y a propósito
de esa ciudad, hay un camino tradicional para viajar desde allí a Rosario
de Santa Fe: es el que lleva a Villa Mercedes, Río Cuarto, Venado Tuerto,
Firmat y Casilda... Quienes conocen ese trayecto
comprenderán mi entusiasmo al hablar de sus paisajes; como los de San
Luis por ejemplo. Un entusiasmo que se agranda además, por haber conocido
los paisajes agrestes y polvorientos del sur de esa provincia, camino a
San Rafael (Mendoza); por haber percibido el aroma guitarrero de la Calle
Angosta en Villa Mercedes; por haber vivido noches de tonadas, asados,
vino, serenatas y amigos, en la tranquila y acogedora capital puntana (la
ciudad de San Luis), que a veces ve invadida su calma por la presencia
altanera del frío viento Chorrillero, que baja de la sierra de El Morro
dispuesto a soplar por dos o tres días. Saliendo de esta ciudad por el lado de La toma, al ingresar a la Ruta 148 que va de Villa Mercedes a Villa Dolores, se tiene a la derecha las sierras de El Morro y de Comechingones. A la izquierda y en la lejanía se divisan otras montañas; y entre las de oriente y occidente, un extenso valle por el que corre la ruta de sur a norte.
Siguiendo adelante por ese
panorama de cielo, campo y serranías, se avanza hasta la altura de Merlo.
Hay que desviarse 15 Kms. a la derecha... ¡pero vale la pena!, porque
Merlo es la población serrana más linda de San Luis; porque tiene un
“microclima” tan particular y sentador como sólo hay dos más en el
mundo. Como una prolongación de
Merlo aparece Rincón del Este; un verdadero rincón de ensueño dormido
allí, en los brazos de la sierra de Comenchingones. A este lugar le cantó
Rafael Arancibia Laborda en la cueca Caminito del Norte, que grabara
Carlos Vega Pereda entre otros. Y a la vera del arroyo Piedra blanca, que en esa zona
sirve de límite entre San Luis y Córdoba, está otra hermosa villa que
lleva el mismo nombre de ese curso de agua. A propósito de este lugar,
Los Cantores de Cuyo grabaron Mañanitas de Merlo, una zamba de
Rafael Arncibia Laborda. Al dejar Merlo se desandan los 15
Km. y se retoma la ruta a la cordobesa Villa Dolores, ruta que está
siempre enmarcada por un paisaje de valles y sierras. Villa Dolores es la ciudad más importante de las
“Sierras Grandes”; no por su potencial turístico, sino por su
comercio y su industria regional. A partir de allí, comienza un camino
sinuoso (siempre pavimentado) de gran belleza, muy forestado, y con villas
serranas que completan un panorama de verdadero encanto. En ese
inolvidable trayecto se suceden Las Tapias; Villa Las Rosas y Los Pozos.
Allí nace un camino ya más difícil que dibuja su trazado hacia la
izquierda y finaliza tras 5 Km. de recorrido, en un fastuoso escenario:
Ese donde se representa una vez más, la feliz unión de la naturaleza con
el hombre, cuya consecuencia en este caso, es el dique y el embalse
Ingeniero Allende, más conocidos por el clásico nombre de Dique La Viña. Por eso amigos; cuando el hombre
se ocupa de las cosas de la naturaleza, no para agredirlas sino para
complementarlas, el resultado roza la perfección como allí, donde las
estrellas se miran en el lago... “al pie de las Sierras Grandes”. Así
se llama la cueca que compuso Horacio Arrieta Cámara, y que grabaran con
singular éxito Los Fronterizos; también hay una excelente versión de
Marcos López con Los Troperos de Pampa de Achala. No hay pueblos más cerranos que estos; aquí sus
noches parecen tener toda la paz del universo. Y en una de esas noches en
Yacanto, un cantor enamorado, le cantó a una cordobesa ¡más linda que
todos los paisajes! Ir por la Pampa de Achala,
utilizando el otrora dífícil camino “de Las Altas Cumbres”
(actualmente muy mejorado) y llegar a Carlos Paz, o seguir por la llamada
“Pampa de Pocho” hasta Salsacate; luego se suceden La Higuera, Villa
de Soto y Cruz del Eje. En este tramo, en un panorama es más abierto se
observan campos sembrados, montes, algunos palmerales y más distante, el
perfil inconfundible de las sierras. Por supuesto, nadie pasa por Cruz del
Eje sin visitar el embalse con su extenso paredón (el más largo del país). La autopista une Carlos Paz con Córdoba en minutos,
y desde allí hasta Rosario, la vieja Ruta 9 tiene como permanente compañera
a una extensa y fértil llanura. Una llanura que no hace olvidar los
paisajes serranos; esos que se quedaron en los ojos y en el corazón; esos
que a veces, se engarzan en el recuerdo con algún nombre de mujer... como
Angélica. Si habrá andado por esos
rincones en noches de serenatas, Marcos López con sus Troperos de Pampa
de Achala. Por eso, en el estribillo de la cueca Estirpe serrana,
Oscar Valles, Lastra y Ribeiro decían: “Si lo ven a Marcos López dedíquenle
una tonada, y sabrán lo que es un criollo de ¡pura estirpe serrana!” Nota Registrada de Edgardo Urraco |
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